“Esposos en la ventana”
La pintó en más de una ocasión, sentada, de pie, recostada, desnuda, con prendas, joven, anciana e incluso junto a él. Fue su primer modelo y aquella pintura, su primer experimento en desnudos corporales, de hecho, fue él quien primero incluyó en su técnica esta clase de pintura.
Era todo un maestro especializado, muralista, pintor, escultor y arquitecto, tan capacitado y creador, que realizó con sus propias manos la construcción de aquella casa, en la que finalizada con mucha dedicación, vivieron juntos, su esposa, sus ocho hijos y él.
Pedro Nel Gómez se destacó principalmente por ser el único artista en trabajar el fresco en Colombia. Con esta técnica consiguió resaltar sus habilidades y demostrar en el desarrollo de cada mural el mejoramiento de sus pinceladas, incluso la evolución en la fisionomía de los desnudos, que fueron cambiando, siendo cada vez, más detallados, delgados y delicados.
Me detuve a observar sus comienzos como artista, no desde las fechas y acontecimientos importantes transcurridos en su vida, sino a aquel hombre vividor de cada instante, quien se preocupó por temas como lo social y político, llevándolos a una de las expresiones más admiradas como lo es la pintura.
Lo anterior me llevó a sentir más curiosidad por saber sobre su vida personal, el por qué de cada pintura, cada color, que sentía y cómo lo plasmaba en cada una de ellas. Observé detenidamente lo impresionantes que eran ante mis ojos tanto las pequeñas, como las inmensas obras hechas desde su pincel, la dedicación y la entrega percibida en cada elemento que poseían los murales.
Giuliana Scalaberni, fue una distinguida dama de Florencia, Italia. Quien al convertirse es su esposa, lo apoyó siempre e hizo parte de cada una de sus creaciones. Accedió incluso a aparecer en su primera pintura de desnudo siendo su modelo, y en algunas otras durante muchos años. Le colaboró también en el proceso de convertir su vivienda en la casa museo, para conservar y guardar las obras hechas por él, donde pudieran ser apreciadas.
La mayoría de las obras realizadas en su casa, permanecían en la misma. Esculturas, pinturas, murales y algunas de las técnicas para realizar cada una, fueron conservadas allí.
Me encontraba ahí, sintiéndome tan pequeña entre tanta admiración, entonces vi aquella pintura que atrajo mi atención con mayor fuerza. Estaba en la habitación que alguna vez fue suya, y esa obra hacía que ese espacio fuera acogedor. “Esposos en la ventana”, era el nombre de la pintura, la cual separé de inmediato por secciones en mi cabeza. Primero observé el rostro anciano y enternecido que ella poseía, luego el de él mirando al infinito con un aire de respeto por su compañera, y por último el espacio a su alrededor, una ventana golpeada por las verdes hojas de un árbol, en la cual estaban sentados como dos fieles enamorados. Mas tarde descubrí que él la había pintado justo después de muerta, con lo cual percibí el amor que le tuvo hasta que no estuvo más, y lo gran enamorado que fue de las mujeres, demostrado en las pinturas que hizo de sus cuerpos con tanta delicadeza, aquel maestro Pedro Nel Gómez, que permanece con vida al visualizar en cada una de sus obras, el proceso de su admirable historia.