Al observar el uso que dan mis vecinos a su televisor, descubrí, que no se diferencia en mucho a como otras personas lo hacemos.
En una familia conformada por cuatro personas, de las cuales tres comparten gustos por ciertos programas televisivos, entre los que sobresalen y se destacan las telenovelas, presentadas en las horas de la noche. Cualquier persona pensaría que esta familia está conformada por tres mujeres y un hombre. Aclaro que se conforma por dos mujeres y dos hombres; por lo que dejaríamos de pensar que sólo a las mujeres nos gustan este tipo de programas, y que los hombres no los ven ni pueden hacerlo. Es curioso que uno de los hombres se incline más por las telenovelas que por compartir con el otro hombre de la casa, un partido de futbol.

Compartiendo algunas horas con mis vecinos, analicé las posiciones físicas que adoptan al sentarse al frente de un televisor y que tal vez no tendrían ningún problema por desear ver diferentes programas, ya que disponen de dos televisores.

Al preguntarles cuanto tiempo gastan en función del televisor, me respondieron que realmente muy poco tiempo, casi nada, ya que los padres trabajan todo el día y sus hijos son estudiantes universitarios, por lo que no les queda mucho tiempo libre para hacerlo. Sólo se ocupan de los programas televisivos en las noches, los cuales incluyen el noticiero y los programas siguientes a este, presentados en los canales nacionales. Por lo que concluyo que se informan y entretienen, pero no dedican tiempo a otro tipo de programas como musicales, documentales, series, etc.